Shawn McDonald – Have You Ever [¿Alguna Vez?]

[audiotube id=»bfx_d-5nIWE»]

Si esta noche pudieras volver el tiempo atrás
¿Cambiarías algo de tu vida?
O mejor dicho
¿Qué cosas cambiarias en tu vida?
Es que creo que al menos una gran mayoría de nosotros, algo tendría ganas de cambiar.

Quizás un familiar que ha abusado de ti, o un padre golpeador.
Una traición en tu matrimonio, o encausar tu propia vida dejando la droga a un lado.
Tal vez volverías tan solo para hablar con aquella chica que nunca tuviste que haberla dejado ir o para no permitir que ese accidente que llevo a un familiar tuyo, nunca suceda.
Algunos corregirían errores en su caminar, ya sea pecados que nunca tuvieron que hacer o empleos que dejaron pasar o haber levantado la voz, en vez callar y perder una discusión que te ha costado el divorcio.

Muchas veces llegamos a estas alturas del año, y estos recuerdos invaden nuestras mentes. Muchas veces ellos se apoderan de nuestro caminar y nos quitan paz interior. Nos dejan ciegos, aturdidos, desperezados, con lágrimas en nuestros ojos y un nudo en la garganta por el remordimiento que conlleva esas malas decisiones tomadas.

Sin embargo el apóstol Pablo tiene un apartado en Romanos 8.28 diciendo lo siguiente «… a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien… » . Ese error cometido o esa situación que te ha tocado atravesar, y que hoy no te deja avanzar, de seguro no ha sido pasada por alto. Dios está al tanto de lo que te ha tocado atravesar. No hay situación que a Él no se le escape.

Dios sabe que es lo que te ha frenado y no tan solo lo sabe, sino que está esperando a que acudas a Él a presentarle tu causa.

El espera por ti, ¿eres ciego? Él te quiere ayudar a ver. ¿No puedes caminar? Él te llevará en sus brazos. ¿No puedes estar de pie? Jesús te tomará en sus brazos. Él es la única esperanza para revertir tu situación actual.

Quizás si tuviera la oportunidad de cambiar cosas de mi paso, sin duda trataría de evitar muchísimas que me han tocado pasar o corregir otras tantas. Pero como no es posible, debo descansar en Sus brazos sabiendo que Él me cuida y no se ha olvidado de mí. Que todas las cosas, absolutamente todas las cosas ayudan para bien, que todo tiene un plan a final de camino y no tan solo existe un plan sino que también yo estoy dentro de sus planes.

Más de una vez he pensando que ya no podré volver a sus brazos, que todo está perdido. Que ya no hay vuelta atrás. Más en Él encuentro algo, que aunque me encuentre en lo más profundo de un abismo, podré reconocer y es ese perfecto amor de mi Dios por mí.

El cual conmueve hasta lo más profundo de mí ser y cambia absolutamente toda mi vida, de un segundo a otro.

Hace más de dos mil años Jesús vino a nuestro mundo, en un mundo con muchísima maldad, con hambre de sangre, donde la corrupción, al igual que hoy, también es moneda corriente. Pero vino para dar esperanza a este mundo que iba camino a la perdición.

Quizás con nuestros actos lo hemos dejado fuera de nuestras vidas, o tal vez por no querer perdonar, le hemos dejado a un lado. Para que no se entrometa entre nuestro dolor y soledad.

Pero al igual que hace dos mil años, quiere remover la piedra de la tumba. En este caso no de Su tumba, sino la piedra de la tumba en que te has escondido para que nadie llegue a ti. Permitamos que Él entre a nuestras vidas. A nuestros mundos desechos. A nuestra vida arruina y que nuevamente ponga de ese amor único y especial. Para que traiga vida y esperanza a nuestras vidas desoladas.

Te amo Jesús. Te adoro Dios. Y hoy como siempre, necesito que entres a mi vida y vuelvas a transformarla como cuando era un niño.