Tú NO te puedes salvar!

Tú NO te puedes salvar!

Estoy segura que en algún momento de tu vida te sentiste impotente al mirar a tu alrededor y darte cuenta que las personas que más amas, aquellas que han estado siempre junto a ti, están sufriendo, se están equivocando.. y parece que están cegadas sin poder ver su propia realidad.

Así se encontraba el escenario que se veía desde el Cielo.. pero la gravedad era aún más crítica:
Muertes, asesinatos, violaciones, abusos, guerras, engaños, crueldad, terror, hambre, desesperación, sangre, llanto, caos, y todo lo peor que puedas imaginar..

La creación de forma inicial había sido cuidadosamente diseñada para permanecer eternamente en plenitud, en paz, en constante alegría, en verdadero amor. Pero el PECADO entró en el corazón del hombre, convirtiéndose en sufrimiento para la humanidad.

Sufrimiento que se transformó en la tónica común, en el ambiente normal, en el color del lienzo mundial.
La paz se esfumó, la alegría se volvió solo momentánea por medio de fachadas, e intentos de satisfacciones ficticias y simples. El amor se transformó en mito, en leyenda, en una historia añeja, solo digna de ser contada en novelas de amor, y para otros se transformó en ocasión de burlas e incredulidad.
Cada uno velaba por su propio bienestar, pensando lo peor del otro, buscando la forma de sacar provecho de cada tropiezo, creando trampas para ver caer al hermano «enemigo». Civilizaron su mente, pero endurecieron su corazón, haciéndolo de piedra en vez de carne. Odiando y arruinando todo lo que les rodeaba. Aborreciendo al Creador, al punto de negar Su existencia y creerse dueños del Mundo.

En medio de ese caótico escenario Dios miró al Mundo y le amó profundamente enviando a Su Único hijo.
El hijo contempló al Mundo y le amó, más aun porque el Padre también le amaba, y en obediencia a Él se despojó de todo lo que poseía, de Su propia condición de Dios, dejando Su trono para hacerse un hombre, un mortal.

«Aunque era Dios, no consideró que el ser igual a Dios fuera algo a lo cual aferrarse.
En cambio, renunció a sus privilegios divinos; adoptó la humilde posición de un esclavo y nació como un ser humano..» (Filipenses 2: 6,7)

Querido lector, no tengo las palabras adecuadas para graficar, describir lo horrendo que habría sido el Mundo sin la esperanza de un Salvador, si ya tal cual como está es a veces difícil de creer la depravación en la que el ser humano ha caído.. ¿Cuánto más habría sido el escenario sin Jesús?

«..Hermosos son los pies de los que anuncian la paz, las buenas nuevas de Jesús..»
(Isaías 52:7)

Asimila esta verdad: Tú NO te puedes salvar! Tu naturaleza caída necesita un Salvador:
Te presento a Jesús, Hijo de Dios.

Escrito por Kary

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